Hablé con Dios ayer
y ya está pactado,
tendré un trillón de vidas
para tu trillón de abrazos.
Le dije que eras tú
era Lola quien los debía,
me dijo que te dijese
que sólo por eso lo concedía.
En el canal de Caniles,
donde una vez dormí,
las estrellas caían
sólo para acercarse a ti.
Amanecerá pronto,
y pronto será tarde,
más tarde ya veremos
si volverás a besarme.
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